¿Qué nos mueve a filosofar?
La pregunta “¿Qué nos mueve a filosofar?” es también en sí misma una pregunta filosófica. En cuanto tal, no tiene una única respuesta. El filósofo alemán Karl Jaspers, en un pequeño libro titulado La filosofía, trata de responder a esta cuestión y señala tres motivos por los cuales los seres humanos sienten la necesidad de filosofar.
![](https://image.jimcdn.com/app/cms/image/transf/dimension=210x1024:format=jpg/path/s5f2822792c97ba28/image/ic416cd1e36a8bc25/version/1361804305/image.jpg)
El asombro. Nuestros ojos nos hacen ver el maravilloso espectáculo del universo del cual somos parte. Nuestra admiración por lo que nos rodea y por lo que nos resulta extraño nos lleva a querer conocer. En la admiración advertimos todo lo que no sabernos, descubrimos nuestra ignorancia: ¿Qué es todo esto que nos rodea? ¿De dónde viene? Nos preguntamos por aquello que ocasiona nuestro asombro, nuestra sorpresa.
![Jovellanos, representando la duda, obra de Goya](https://image.jimcdn.com/app/cms/image/transf/dimension=210x1024:format=jpg/path/s5f2822792c97ba28/image/ifb67a0fd7d90725b/version/1361840883/image.jpg)
La duda. Tratamos de dar respuesta a las preguntas suscitadas por nuestro asombro. Pero ni bien creemos satisfacernos con estas respuestas, surge en nosotros la duda. Advertimos que todo conocimiento humano es falible y desconfiamos de nuestro imperfecto saber. Lo que nos parecía obvio resulta luego ser falso. La duda aparece, entonces, cuando tomarnos conciencia de la inseguridad e incerteza del conocimiento humano. Por eso, ante cada aparente solución surge un nuevo problema y la posibilidad siempre latente del error.
![La matanza de Quios de Eugene Delacroix](https://image.jimcdn.com/app/cms/image/transf/dimension=210x1024:format=jpg/path/s5f2822792c97ba28/image/i343a0a34bd4b1d68/version/1361841026/image.jpg)
Las situaciones límites. Siempre estamos inmersos en alguna situación: tenemos que estudiar para un examen o estamos por salir con nuestros amigos o se nos presenta la oportunidad de realizar un viaje. Las situaciones son cambiantes y nos exigen respuestas variadas. Pero hay situaciones permanentes, que no cambian. Son situaciones fundamentales, definitivas, que revelan nuestros límites: no podemos no morir, no podemos no sufrir, no podemos no sentir angustia. Por lo general, somos conscientes de estar en una situación límite cuando vivimos momentos difíciles: la muerte de un ser querido, la enfermedad de alguien cercano, el amor no correspondido, el fracaso de un proyecto. La conciencia de nuestros límites nos lleva a filosofar porque surge necesariamente en nosotros (a pregunta por el sentido y el valor de la existencia humana.